Cuando no había batidora se conocía como “sopa fresca”. La gente en el campo lo hacía machacando uno a uno los ingredientes con la maja de madera en un “dornillo” ( un cuenco hecho a mano de madera de olivo o de corcho de alcornoque según la zona) que hacía las veces de mortero, donde se servía finalmente.
Se hacía empezando por poner el pan remojado con el vinagre y la sal, machacando pacientemente, e incorporando el resto bien troceado poco a poco, añadiendo el aceite al final sin parar de mover en círculos con la maja restregando sobre el fondo del dornillo al incorporarlo. Por último el agua fresquita moviendo poco a poco para ligarla con el resto del gazpacho.
Al quedar todo machacado cambia la textura y también el sabor, casi parece otro plato diferente…es como cuando hacemos una paella en la vitrocerámica que no tiene nada que ver con hacerla al fuego con leña!. Merece la pena probarlo, pero para los que prefieren la batidora, aquí va la receta:
Ingredientes:
1 k de tomates maduros
2 ajos
1 pepino
¼ de cebolla que sea pequeña
un pimiento verde
un pimiento rojo (o una lata d morrón)
un trozo de pan del día anterior (como un bollito)
una cucharada rasa de sal
½ vaso de aceite de oliva
2 dedos de vinagre en un vaso de agua
Se remoja el pan duro en el fondo de la batidora hasta la mitad de agua más o menos.
Luego vamos añadiendo al vaso el resto de ingredientes y batimos hasta que esté bien molido. Se vierte en un bol y ponemos cubitos de hielo por encima. Al servir en los cuencos se puede poner trozos de pepino cortado por encima.